¿Qué mantenimiento necesitan las placas solares?
Aunque pueda parecer que las instalaciones fotovoltaicas son libres de mantenimiento, la realidad demanda una atención periódica.
Las tareas en sí no son complicadas, pero resulta crucial vigilar de cerca nuestros paneles solares para prevenir fallos, asegurar rendimientos óptimos y evitar incidentes innecesarios
El mantenimiento de las instalaciones fotovoltaicas incluye la revisión de los diferentes componentes, la limpieza de las placas solares y otros elementos, además de la sustitución de piezas deterioradas.
El propósito de realizar la conservación, al igual que en todas las herramientas e instalaciones, es garantizar el correcto estado de todos los componentes fotovoltaicos y asegurar el mayor rendimiento posible.
De esta forma, se mantiene la rentabilidad máxima que puede darnos nuestra instalación solar.
La producción máxima de los paneles solares se consigue únicamente cuando se cumplen condiciones óptimas. No obstante, si la instalación no cuenta con un mantenimiento adecuado, su rendimiento será aún menor.
Solo la falta de limpieza de las placas solares, se estima que puede ocasionar una pérdida de eficiencia energética de hasta un 8%. Aunque éste porcentaje puede variar en función del lugar de instalación (por ejemplo si se produce mucho polvo, cerca de una zona transitada por vehículos, etc).
Sin embargo, si realizamos una limpieza periódica y mantenemos la superficie de los paneles solares limpia, podemos asegurar que la pérdida de rendimiento esté por debajo del 1%.
Mantenimiento preventivo de instalaciones fotovoltaicas
El mantenimiento de los paneles solares denominado preventivo es aquel que se realiza de forma periódica sin que se produzcan problemas, bajos rendimientos o averías.
Las tareas que contempla el mantenimiento preventivo de las placas solares de tipo preventivo los podemos resumir en las siguientes actividades:
Limpieza de paneles solares
Los módulos fotovoltaicos tienen la capacidad de producir energía limpia y sostenible gracias a la radiación solar.
Al mismo tiempo, éstos acumulan suciedad, partículas de polvo, excrementos de aves, agua y otros elementos.
Este fenómeno origina una reducción de la energía lumínica que reciben las células fotovoltaicas, pudiendo llegar a disminuir la producción del panel en un 50% o la aparición de puntos calientes; estos últimos son originados debido a que la luz absorbida por el polvo se convierte en calor, incrementando la temperatura del panel y reduciendo la eficiencia del mismo. La actividad de limpieza en los módulos es esencial y se realiza en un intervalo predefinido o en función de algunos de los siguientes parámetros.
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Frecuencia de precipitaciones, pueden reducir los niveles de concentración de suciedad en los paneles.
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Cantidad de suciedad acumulada.
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Características del polvo acumulado.
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Cercanía al mar.
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Excremento de aves.
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Zonas con mucha circulación de vehículos en camino de tierra.
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Precio de la energía. A mayor precio de la energía, mayor recompensa por la limpieza.
Medición de la curva I-V
El test de la curva característica I-V (intensidad y tensión) de los módulos o strings permite determinar los siguientes parámetros:
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La tensión en circuito abierto (Voc)
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La corriente de cortocircuito (Isc)
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Tensión en máxima potencia (Vmpp)
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Corriente en máxima potencia (Impp)
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Máxima potencia (Pmax)
Gracias a este método se puede estudiar el rendimiento de los módulos, comprobando si existen fallos en los mismos.
Esta técnica se realiza periódicamente, en los 5 primeros años, se recomienda realizar como mínimo una vez cada año, ya que estos dispositivos se encuentran en garantía y así se puede comprobar que el panel funciona conforme a lo indicado por el fabricante.
Una vez finalizado el periodo de garantía se recomienda aumentar la frecuencia con la que se realiza esta actividad y basarla en la experiencia adquirida por el personal de mantenimiento en base al historial de fallos detectados.
Conectores de cable solares
Generalmente los conectores fotovoltaicos apropiados no suelen perder la integridad de la conexión una vez instalados, aunque por desgaste pueden darse fallos en las conexiones, pudiendo ocasionar arcos eléctricos o fuego en el sistema fotovoltaico.
Los fallos en los conectores fotovoltaicos pueden ocurrir por diferentes motivos:
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Unión defectuosa (mala instalación, uso de diferentes fabricantes o elementos para una misma conexión, etc.)
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Esfuerzos excesivos (a tracción, flexión o tensión) entre la conexión del cable y el conector que puede dar lugar a que se aflojen. Puede ocurrir que entre agua o polvo en la conexión, quedando en contacto con el metal conductor.
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Presencia de suciedad que pueda comprometer la permeabilidad de la conexión y que pueda no ser detectada sin una inspección exhaustiva.
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Condiciones climáticas. La exposición a altas temperaturas o la congelación de los conectores puede provocar desgaste o corrosión en los mismos.
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Defectos de fábrica.
Cableado
El cableado en una instalación fotovoltaica está formado por múltiples secciones (en función de la potencia a transportar, tensión, etc.) y se pueden encontrar en el exterior de los paneles, en bandejas, enterrados directamente en el suelo o bajo tubo.
En el caso de que se observen signos de degradación u otras marcas de desgaste deberá procederse a la sustitución del cableado correspondiente por uno similar.
Testeo de fusibles
Los fusibles se deberán reemplazar bien por fallo de este o por tiempo de uso. Si un fusible no ha presentado daños en los 10 primeros años de servicio, se recomienda medir su resistencia (mediante un ohmímetro o multímetro) y verificar que esta se encuentra en los valores aportados por el fabricante, que deberán ser cero o muy cercanos a este
Estructuras
Comprobar posibles fallos o desgaste en las estructuras que soportan los paneles es una tarea necesaria en cualquier instalación fotovoltaica. Defectos como la corrosión, falta de elementos de unión, oxidación, etc. pueden acabar ocasionando un fallo estructural que pueda provocar daños severos en otros elementos instalados sobre él, como módulos, cajas de conexión, inversor, cableado, etc
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Chequeo del estado de la estructura: Basado en una inspección visual, deberán comprobarse signos de oxidación, corrosión, deformaciones por flacidez, roturas de elementos y el correcto apriete de los tornillos que unen a los elementos de las estructuras.
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Inspección visual: Se deberá realizar al menos una vez al año durante la vida útil de la instalación una inspección visual que compruebe si las estructuras se han visto afectadas por fatiga de los materiales, corrosión, problemas en los pernos de unión, y comprobación del par de apriete de los pernos.